Trabajar la motricidad fina con divertidos juegos y actividades es una base del éxito para que los más pequeños consigan una destreza en las manos que les va a servir para afianzar el mundo externo, para explorarlo, para desarrollar sus sentidos y para controlar los materiales y objetos habituales que necesitan para su vida diaria. A la vez que se realizan estas actividades se estará trabajando la atención y concentración en su realización, objetivos no menos importantes que la propia destreza manual.
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